El alumnado de 1º de Bachibac de Sociales del Colegio San Cernin, acompañados por la profesora de Historia Susana Aparicio, realizó la visita guiada de la exposición Gerardo Lizarraga, artista en el exilio, organizada por el Instituto Navarro de la Memoria. A continuación, recogemos lo que tanto Susana como sus alumnas y alumnos nos cuentan sobre la experiencia.
“Esta actividad estaba enmarcada en la asignatura de Historia del Mundo Contemporáneo, en particular ahora que estamos trabajando los totalitarismos y la II Guerra Mundial. Habíamos discutido previamente en clases sobre la política de exterminio y el fenómeno de los campos a través de un visionado de los paneles de la exposición Aktion T4, asesinando por convicción. La idea que queríamos transmitir es que la persecución nazi abarcaba mucho más que el genocidio judío, el más conocido, ya que otros grupos como los homosexuales, los opositores políticos, los gitanos, las personas con discapacidad, … también fueron blanco de sus políticas de «limpieza racial».
En clase comentamos que el fenómeno de los campos no era algo alejado de la realidad hispánica y estaba muy presente en nuestra memoria colectiva, ya que, tras la Guerra Civil, muchos combatientes y simpatizantes políticos republicanos cruzaron a Francia huyendo del bando sublevado, y fueron internados en campos a lo largo de la frontera francesa.
Con esta visita buscábamos reflexionar sobre cómo la estancia en un campo de internamiento cambia y transforma la realidad de un individuo. Gerardo Lizarraga nos proporciona un gran ejemplo, ya que utilizó su arte para canalizar y transmitir esa experiencia traumática. También pudimos ver cómo posteriormente siguió enriqueciendo su trayectoria artística incluso en el exilio, donde mantiene la memoria de su tierra natal, incorporando motivos extraídos del lenguaje popular vasco, siempre desde una óptica vanguardista propia de un artista que había pasado toda su vida -en Barcelona, en París, en México- en contacto con los sectores más innovadores del arte.
Por lo tanto, para nosotros fue una visita muy enriquecedora, no solo desde el punto de vista artístico sino también para comprender la importancia de mantener y transmitir la memoria histórica de estos acontecimientos”.
A continuación, algunas opiniones de alumnos y alumnas que visitaron la exposición.
“La exposición me resultó muy interesante y diferente a lo que esperaba, aunque me hubiese gustado tener más tiempo para ver las obras detenidamente. Me sorprendió ver cómo las experiencias que vivía Gerardo Lizarraga se veían claramente reflejadas en su arte. A diferencia de la exposición sobre los campos alemanes, esta está más centrada en un caso concreto (el de Gerardo) y más cercano, en vez de en hechos generales (como la eutanasia infantil, exterminación de discapacitados…)”.
“La exposición de Gerardo Lizarraga me ha impresionado, ya que era un gran artista el cual trabajó como director artístico, productor e incluso actor. Además, era una persona que luchó por sus ideas, por ejemplo, fue fundador del sindicato de dibujantes de Barcelona, lo cual le llevó al exilio y nunca dejó de expresar lo que sentía. Esto lo dejó reflejado en sus dibujos surrealistas o caricaturas, donde expresaba cómo se sentía en cada momento de su vida, cuando estuvo en los campos de concentración, en España y en el exilio en México. Nunca dejo que cualquier dificultad que se le pusiera en el camino le hiciera abandonar lo que más le gustaba, que era dibujar”.
“Gracias a la exposición del Museo de Navarra he podido observar cómo Gerardo Lizarraga fue, es y será un auténtico artista en el exilio. Este gran pintor nacido en Pamplona y enviado a 3 campos de concentración en Francia es un ejemplo de fortaleza ya que con las difíciles condiciones de vida que llevaba en los campos, él no se rindió, sino que intentó plasmar la vida en aquel lugar. Me fascina su gran capacidad para cambiar de técnicas, del cubismo al surrealismo y tanto la representación de retratos como de situaciones personales, como el miedo que sintió durante su estancia en los campos”.
“Me ha parecido una exposición muy interesante y de la que podemos aprender muchas cosas, tanto de historia como de arte. Además, se puede ver que a pesar de las malas condiciones y de las dificultades que tuvo Gerardo Lizárraga en los campos en los que estuvo, pudo expresarse y reflejar sus sentimientos, emociones y lo que vivían diariamente a través de la pintura. Creo que es una exposición de la que se pueden aprender muchas cosas, totalmente recomendable”.
“La exposición de Gerardo Lizarraga ofrece una visión no solo histórica y cultural, debido a su experiencia en los campos de concentración, sino además una visión artística por su extensa colección de dibujos y caricaturas que él mismo realizó a lo largo de su vida, en especial, durante su estancia en los campos”.
“La guerra afectó a su creatividad artística en diversas ocasiones y se inspiró en lo que ocurría a su alrededor y en sus propias experiencias durante su vivencia en los campos de trabajo. Entre sus obras se observan esencialmente paisajes y retratos. Además, se utilizan técnicas surrealistas en algunos casos y abundan las obras costumbristas, como por ejemplo las pinturas tradicionales vascas”.
“Cabe destacar que Gerardo Lizarraga fue un gran artista navarro y es muy interesante conocer como la guerra cambió totalmente la trayectoria de su vida”.
“Considero que es una exposición muy interesante y llamativa, ya que podemos ver cómo a pesar de las condiciones del campo en el que estuvo, Gerardo Lizarraga expresó sus sentimientos y pensamientos a través del arte”.
“La exposición sobre Gerardo Lizarraga me pareció muy interesante ya que te permite reflexionar sobre varios temas. Por una parte, nos permite ver cómo a pesar de todo el sufrimiento que tuvo que pasar, continuó creando los diferentes retratos y caricaturas que hoy en día se pueden exponer. De esta forma, nos permite ampliar nuestro conocimiento sobre el mundo artístico y las diferentes corrientes artísticas. Por otra parte, podemos conocer más acerca de los campos de internamiento, sobre su experiencia del exilio y todo lo que supuso en su vida tanto a nivel personal como familiar. En conclusión, la lección que pudimos obtener es que, aunque por mínima que sea la esperanza debemos seguir luchando al igual que Gerardo Lizarraga”.
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