Lantxotegi Elkartea es una asociación sin ánimo de lucro fundada en 1983 por un grupo de vecinos y vecinas de Berriozar preocupadas por la situación de los y las jóvenes en aquella época que en la actualidad se ha extendido por otros barrios como Azpilagaña y Milagrosa en Pamplona. A día de hoy desarrolla programas tanto en educación formal como en educación no formal. Entre estos, cuentan con los programas Ahlan Bek y Kabia. El primero pretende acoger, acompañar y continuar con la formación en competencias básicas a jóvenes migrantes entre 14 y 30 años sin acompañamiento familiar y en situación de exclusión social. El proyecto Kabia surge de la demanda expresada por estos y estas jóvenes acerca de la dificultad de acceso a espacios de ocio, intentando dar respuesta a esta demanda abordando la dimensión social y relacional para poder empezar a hablar de una inclusión plena y efectiva.
En este contexto, se planteó al Instituto Navarro de la Memoria realizar una actividad conjunta con los y las jóvenes de los barrios de Azpilagaña y Milagrosa junto con los y las jóvenes que acuden a Lantxotegi tanto a los programas de Ahlan Bek como Kabia. El objetivo de esta actividad conjunta era doble; por un lado, generar un encuentro «improbable» entre jóvenes migrantes y jóvenes “autóctonos” que hacen vida en estos barrios, fomentando la vida comunitaria; por otro, conocer cuestiones relativas a las vulneraciones de derechos humanos ejercidas sobre la ciudadanía navarra como consecuencia del golpe militar de 1936, y de una manera especial lo relacionado con el penal de Ezkaba y la fuga del 22 de mayo de 1938.
Para ello, el pasado 12 de octubre, sábado, se dirigieron al Fuerte de san Cristóbal en Ezkaba desde donde iniciaron el recorrido de la primera etapa de la GR-225 que les llevaría hasta la fosa de Olabe. En el recorrido les acompañó el investigador Fermín Ezkieta que hizo una contextualización de la fuga al inicio del mismo y posteriormente fue dando explicaciones sobre el paso de los presos o los lugares en que fueron detenidos y asesinados. La jornada terminó con una comida en la sede de Lantxotegi donde hicieron la evaluación de la actividad.
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